sábado, 23 de junio de 2012

Breves



Ésta situación ya es matemática.
Si él esta pensando en mi, mi vagina se inflama.
Es como si ella pudiera vivir de manera agitada las horas previas a nuestro encuentro, mis labios se hinchan, el lloriqueo de flujo se hace constante, y mi clítoris se anega de placer al más leve roce.
Aferrada en la costura de un jeans o libre, si llevo falda, sus pasiones me obligan a pararme, a respirar para no caer desmayada...

(Como ahora).

miércoles, 20 de junio de 2012

La piedad



Explorame hasta que sofoquen mis sentidos, tocame y rasga cada milímetro de piel. Planta tu espalda en mis muslos encumbrados y deja que te roce con mis pliegues húmedos, que te aferre con mis manos haciendo un surco en tu anatomía… deja que mi tacto te construya esos sueños de piel adormecida por los efluvios de mis aromas. 
Someteme al sabor de tus labios, a la sal de tu cuerpo cuando estás exhausto, también dejame un poco del dulzor de tus sabores y dame el gusto de devorarte sin compasión hasta absorberte por completo. Sí... dejame secarte para deleitar a mi paladar, hasta que amanezca debajo de mi lengua una sensación lechosa con sabor a miel.

Luego, debajo del agua, quiero que tu olor se abrace a mis caderas, que se incruste en mi pecho y que se acerque a mi ya pervertida redención… Lavame de espaldas a tu pecho porque quiero lograr, aún sin mirarte, que mi olfato mezcle nuestros aromas y construya uno solo para llevarte a todas partes. 

Grita cuando estemos en silencio, actua como un loco y lameme con tus jadeos, atravesame mientras en mí espalda escribís un nuevo párrafo perfumándolo con mis gemidos, y si el agua se lo lleva, repasame mil veces más hasta tatuar mis sentidos.

Girame y frente a vos, convertime en la puta de tus dedos; dejame que te observe con detenimiento mientras mi lengua se empapa con la luz de tu piel semental y mis manos acogiendo tu dureza, interpretan una danza marcando el ritmo de tu espasmo luminoso. Mírame de frente, levantame y jurame un sacrificio mientras me arrancas la vida sin temores y sin prejuicios. Demudame a tu antojo y convertime en una callejera cualquiera, mientras me sacrificas en tus sudores pegajosos.


(Detenete).


Unos pocos segundos después, vendame los ojos con tus manos y privame del placer de mirarte para encontrarte dentro de mi, en lo profundo, resbalando mientras en tu dolorosa rigidez, se anuncia el fin de las injusticias contenidas en la carne calada… Y cuando estés a punto de ejecutar, no olvides sostenerme mientras mi boca tiñe de convulsiones profanas a la pared, con un exquisito lamento desgarrador...



Al final, y mientras yo desciendo, abrazame y ayudame a volver a la vida...

martes, 19 de junio de 2012

Sin pecado original


Me dijo que cuando fuese mayor y tuviese una hija la llamaría Abril. Yo le dije que también mi primera hija se llamaría así.
Por entonces abril solo era ese mes infectado de vida que acortaba los días y que hacía que el sol se posara sobre la piel, con una calidez diferente a la del verano, a nuestro alrededor todo olía a otoño.
Para nosotras era una asignatura íntima encontrarnos cada mediodía en ese vasto parque cerca de nuestras casas. Hacíamos nuestro deleite al contarnos toda clase de secretos, era la época en que todo nos provocaba curiosidad y no dudábamos en confesarnos desmedidas de límites.

Siempre nos gustaba quitarnos los sacos de lana y las medias que usábamos en las mañanas frescas. Sentir la brisa algo fría sobre la leve tela de los vestidos y sobre la piel desnuda de las piernas, era algo que nos provocaba una sensación de liviandad agradable. Ambas teníamos los cabellos muy largos y los liberábamos también de los lazos y así sueltos, nuestros cabellos parecían crines de caballos cuando corríamos por aquel prado de los almendros aún frondosos.

Aquel otoño trajo algo nuevo. Además de la promesa de llamar a nuestras primeras hijas Abril, descubrimos al desprendernos de los abrigos que bajo las blusas, la vida iba latiendo y pidiendo más espacio.
Con el tiempo comenzábamos a darnos cuenta, de que ya no éramos niñas con pechos planos. Advertíamos al mirarnos, que jugosos frutos despertaban a la vida, reclamando juegos nuevos, y entre nuestras piernas un pequeño jardín comenzaba a dar deliciosos frutos, a latir y a ansiar misterios de ser tocados para develarse.

Ese día corrimos por el parque, donde algunas flores aún se sujetaban a la vida, donde todo a nuestro alrededor, se presentaba como un escenario bien dispuesto para nuestro disfrute, mientras lo hacíamos, nuestras carcajadas se multiplicaban en ecos en medio de esa soledad tan oportuna, dejábamos enredar las melenas al viento, nos entregábamos golosas a la caricia de la tela sobre la piel y así, sofocadas de perseguirnos, caímos bajo un almendro de espaldas, mirando el cielo que era un telón azul metálico. Un azul que se nos echaba encima y pesaba como una pluma que nos acariciaba la piel que se volvía trémula ante nuestra agitada respiración.

Nos quedamos recostadas en silencio observándonos, tratando de respondernos sin palabras un puñado de deseos difíciles de tocar con nuestra piel. De vez en cuando veíamos pasar unos pájaros perezosos, sin voluntad de volar, como queriendo observarnos.
Las ramas cubiertas de escasas flores espumosas tenían tacto de crema, éstas jugaban a las luces y las sombras sobre nuestras mejillas encendidas mientras una gota dorada de resina resbalaba por la corteza dura del tronco.

Cerré los ojos, respiré el aire limpio cargado de aromas sutilmente dulces, y escuché la vida en el zumbido de las abejas que se alborotaban a lo lejos, en el canto de los pájaros, en el murmullo de los insectos y en su respiración acompasada.
Con los ojos cerrados percibí la suavidad de su dedo dibujar mis labios muy lentamente, era como si los conociera de memoria, porque ella también tenía los párpados bajos, y sin embargo en su ceguera, no se salía de la línea exacta que guardaba la carne roja y pulposa.

Luego ese dedo tibio y lleno de curiosidad, se abrió camino en mi cuello y como un sigiloso reptil, se metió debajo de mi blusa que entreabierta, dejaba ver mis pezones rosados esperando ser bautizados.

Me deje arrebatar por esa sensación de dureza que crispaba mis brotes erectos y con el borde de mi lengua repasaba el contorno de mis labios extraviados sensaciones calmas. Con los ojos entreabiertos, observaba como una abeja se posaba sobre la gota que chorreaba del tronco del árbol que nos amparaba, y con la mirada algo difusa, mis ojos dibujaban esa imagen chupando de ella lentamente.

Me sentía translúcida mientras sus dedos jugaban con mis senos recién salidos de una inocencia que ya me resultaba extraña, el temblor de nuestros cuerpos nos consumía y todo se volvía primavera a nuestro alrededor.

Sus dedos primero y luego sus labios, como dos pétalos buscaron la tibieza de mis pechos para saborearlos. No quería abrir del todo los ojos, era hermoso lo que se sentía y era ideal la brisa que nos recorrían como enfriándonos, para no derretirnos en el celo húmedo que nos colmaba de una tempestad incontrolable.
Luego la escuché susurrar a mi oído un gemido precioso, mientras tanto la sensación que sembraba al beber de mí, anticipaba el pecado de mi ejecución.
Lamiéndole la sien fui marcando un camino de saliva espesa hasta el santuario de su boca y mientras su mano hurgaba golosa y con codicia entre mis piernas, jugamos a saborear la danza de nuestras lenguas, un gesto en que nos bendecimos para comenzar a marcar un territorio sin intención de retorno.

En un momento me enredé sobre ella, y aprendí haciéndole lo que las yemas de mis dedos me marcaban. La besé hasta ahogarme y me respondió olvidándose de su inocencia ya extraviada al mediodía.
Perversos mis senos se rozaban con los suyos y del límite de mi sexo emanó un dulce sudor anclándose a la madurez su vagina ya erguida, me unté de ella y le di a probar de mis dedos todos sus sabores, mientras con mi lengua arrastraba el borde de su boca para saciarme entera.
En un juego misterioso nos dejamos llenar de hormigas el vientre y el corazón y en una extraña batalla de carne y de huesos, una agitación nueva y furiosa de cada parte del cuerpo reclamaba su nuevo placer.
Maceradas de humedad, nos perseguimos en ese orgasmo desesperadas por sentirnos latir en un vaivén cadencioso y silente. Luego, la calma sólo se vio entrecortada por nuestros suaves jadeos, en ese instante el deseo se convirtió en nuestro secreto eterno.

Quizás alguien nos miró, pero nosotras continuamos abstraídas de lo ajeno, porque mientras no despegamos nuestras miradas, nos correspondíamos en ese latido que nos mostró la cima. Durante un sinfín de minutos nos observamos y en esa mirada nos devoramos las preguntas que estaban al borde de una dulce melancolía.
Luego cuando el universo volvió a existir para nosotras, un sueño de complicidad se instalo para siempre.

Finalmente crecimos, tuvimos hijas y ahora que recuerdo nuestro acuerdo...
Ninguna de ellas se llamó Abril.

sábado, 16 de junio de 2012

Breves


Cuando pienso en tus manos arrasando el temporal de mi cintura, en mis caderas se despliega un rompecabezas del que sólo vos tenes la pieza que le falta... No demores en completarme..

Breves


- Y si me corto las venas con los dientes de tu amor, de mi locura emanará té de frutos rojos?...

miércoles, 13 de junio de 2012

#OrgasmoDeUnaHijaDePutaConClase


Después de la humedad, del sudor, de la saliva, del semen y sólo después del sexo ella vuelve a renacer. Su carne es el alimento de ésta pobre adicta a él, que es lo que es ella al fin y al cabo. 

No le basta con tenerlo cerca, no le alcanza con escucharlo. Necesita saber y sentir que muere en ella, que la dureza de su erección lleva su nombre. Que cada vez que la lame pierde la vida en su piel y que su boca es la puerta al laberinto que lo lleva a su latente entrepierna, donde él vive hasta que ella muere.... 


#OrgasmoDeUnaHijaDePutaConClase

martes, 12 de junio de 2012

Huele a invierno




Media hora de caramelos, así rememoro el sabor de tus sabores... 
Treinta minutos disfrutando del aroma de ese recodo que alardeas, un vacío a nuestro alrededor y nosotros tan completos, tan abrigados de ímpetu! 

Finalmente, nuestro siempre ansiado barrido de conversaciones ocurrentes y el arrugar de mi frente tramposa y sorprendida al escucharte... 

En ese momento, mientras nuestra imaginación nos observaba repleta de ganas, nosotros ya estábamos tan desvestidos de calmas...!

Luego de repasar esos recuerdos todo a mi alrededor se vuelve ideal... 


(Sin embargo ésta tarde huele a invierno...)


lunes, 11 de junio de 2012

La Distancia…



                                                                                            Es cada vez más húmeda...

sábado, 9 de junio de 2012

Sofacada


Hay ángulos salados en tu piel que me gusta lamer sin prisa, y mientras me concentro en repasarlos una y otra vez, tus dedos dibujan estrellas ungiéndose de la humedad de mi letanía crepuscular....

Tu respiración entrecortada me vuelve temblorosa, sin embargo encuentro mi centro y con una exquisita seguridad afianzo mis pulgares en las repisas donde apoyo mis urgencias más preciosas, y allí me convierto en la “puta” de tus delicias. 
Mientras mis piernas, rodeándote evocan un gesto de libertad, con mis pies repaso el borde del sudor que emana desde centro de tu espalda, me quema y luego se afinca en mi cintura desquiciada.
Siento como nuestras lenguas juegan a leerse los secretos y no encuentro un límite para volverme nuevamente decorosa… Me voy dejando avasallar mientras me revolvés completamente y te repaso con la mirada entreabierta tratando de abusarme un poco más, intentando ponerle el nombre de mis orgasmos a tu sangre hirviente…
Quiero que dibujes con las yema de tus dedos mi sofocada hermosura, quiero que reinventes cada uno de sus pliegues y que hagas de ella un lienzo para tus torturas. Deseo separarme un breve minuto y observar como tatuas mi espalda con jadeos y gestos profanos…
Te observo a un metro de distancia y mientras te abrazo sólo a fuerza de pupilas, observas a mis dedos convertirse en tu húmeda dureza…
Es allí cuando el tacto se hace presente y constante… Giramos en nuestras miradas un minuto y medio, y sin tocarnos, acabás con tu vida mientras terminas con la mía…

miércoles, 6 de junio de 2012

Breves


No hay deseo que me desvele más, que parar la noche en dos, convirtiendo al azul en día
y salir hasta tu aliento con lo puesto...

martes, 5 de junio de 2012

La petit morte



Se hace el silencio, y mis ojos se posan en los corazones, mis labios en los sueños y los sueños se hacen eternos...


La Petit Morte… mi dulce pequeña muerte que me ahoga en humedades… Me hace traspasar puertas secretas y me enfrenta al gozo de lamer cuerpos etéreos. Dentro de ese pasaje oculto, me deshago de mi carne unos segundos, y me convierto en ángel…

Pierdo la vida  y se me vuelve transparente el alma, mis deseos se queman en el placer de mi ejecución y el desequilibrio de mis hormonas me convierte en ozono…
Cuando regreso de mi coma, las sensación de poder es tan grande, que en la cima me siento nuevamente virgen…



Placer




Pregunta : 


¿Hay algo más hermoso que sentir ese deseo imperioso, casi salvaje de devorarte el cuerpo, para poder comerme lo de adentro: tu alma.?


Respuesta: Si, ejecutarlo.


Resultado: (Qué placer fue beberte)

lunes, 4 de junio de 2012

Sin título


Hay momentos en los que se me enreda entre las manos la intención...

De recordarte...

domingo, 3 de junio de 2012

Breve




"Volver a cada detalle, a la caricia estética, a cada poro que lo compone.
 Repasar la esencia más absoluta de la piel. 
A la fragilidad de la palabra frente a una mirada, que contiene, todas las palabras que decimos sin hablar, silencios que a su vez contienen toda la belleza su alma"

Empalándome



Recuerdo sus manos en mis caderas, él detrás de mí, empalándome, abriendo mis carnes, susurrándome al oído sucias palabras que me levantaban y me anunciaban la muerte y yo escupiendo todos mis miedos, bailando obscena sobre su poderoso miembro. Cabalgándolo mientras lo respiraba para alcanzar la vida…

Me hice tierra cuando lo alcance con mi lengua y noté en la suya, una tormenta de besos enrulados acechándola. Sentí en sus manos una intención afanosa de cultivos, descubrí en sus ojos unas ganas soleadas de verme brotar y florecí en la más tibias sensaciones de humedad…


Mientras mi boca se impregnaba de su aliento hirviente, sentía como desgranaba sus durezas en terrones dentro de mis santuarios. Cuando me sentí arada entre tus manos, sin avisos, él me convirtió en campo para derramarse y decidió hacer de mí, su siembra. 

Apenas atravesé la línea de mi algidez, sus gemidos me levantaron y yo lo mire desde arriba, fue así que me iluminó con el brillo de su orgasmo, y mientras su fuerza completaba mis espacios con el reflejo de su cielo, convirtió a mi corazón en su bulbo y a mis ganas de entregarle más, en miles de gotas de lluvia por caer entre mis piernas.




Ciega de besos



(Mantené las manos bien abiertas y que no se escape la buena vista que te ofrezco hoy...)
Y no parpadees ni una más de tus caricias, 
que si tus ojos me tocan, 
llorare tanta boca en tu cuerpo 
que quedare ciega de besos... 

Breve


"...Oportunamente liberados, desmedidamente atrapados a la corteza de un árbol al que yo apuntalé con mis manos, los minutos que te llevo narrar un orgasmo sobre mi espalda... Mientras yo le pedía a la luna que iluminara tus manos mientras montabas sobre mis caderas, apropiándote de mi vida..."




El tacto de la lengua


Algunos hombres saben que un ligero toque con la lengua, que recorra a la mujer desde los tobillos a los oídos, prolongándolo de la forma más suave posible en varios lugares en medio del recorrido, realizado con frecuencia y con sincera dedicación, contribuiría inconmensurablemente a lograr la paz en el mundo.

Arrebato



Tocarme mientras mi imaginación supone que son tus dedos están untándose dentro mío... Vuelo y en voz baja te pido tantas cosas...
Excitame, lameme, perforame, rodeame y mojame mientras acabas. Acaricia mi lengua con tu dulcísima dureza. 

Araña si querés, pinchame y desordena todo lo que quieras aquí dentro. Herime, cociname y luego devorame... 
Poneme a mil y enfriame en un segundo, porque me quemo.
Juga con mi deseo y exprimime las entrañas para que me duela como nunca antes...

Con mirada inocente y sin afeitar, así le espero en unos días...



Placer luminoso



Palabras.
El luminoso placer de mi boca pintando las bocas de ellas…
Siento labios rozándome… Labios rozándose. Cuevas que ya están en fuego albergando algún demonio que deseo conocer.
Allí dentro se suceden todos los sacrificios y condescendencias del placer extremo y yo puedo verlos y sentirlos…


Puedo tocarlos.

“- Y yo que me he desvelado noches enteras tratando de encontrar la sucesión de letras que desaten en los cuerpos mil orgasmos musicales!” … Ahora me siento la presa más libre entre tantos deseos que me desatan, sintiendo enardecer con furia un puñado de lenguas que me vuelven con cada minuto la más brillante de todas las estrellas…

Cierro los ojos y me dejo guiar por el instinto que me aflora desde el vientre, allí se desencadena un sinfín de ecos de placer a mis espaldas.

Siento que llevo a cuestas mil oídos de enamorados, mientras tanto, trato de encontrar un repertorio de falos morados que me sentencien, pero inesperadamente llega una, luego dos, y siento mil mariposas doradas aletear y llenar de luz mi extasiada imaginación!…. (Y bajan)

Observo y escucho entre penumbras… Palabras, vergas de luz, labios carmín rozándose, hinchándose…. .


Percibo que todos me seducen y me inician, es en ese momento, en el que yo logro entrar al plano adonde se desprenden los prejuicios de la vida. Me dejo arrastrar por emociones que me enceguecen y me amordazan… y yo lo único que puedo hacer, es dejarme hacer y levitar…

Me mantengo cautiva en mi deseo húmedo unos minutos y siento como si mil martillos tatuaran el rubor de mi vagina que se yergue, me dejo sofocar, luego la adorada “Pequeña Muerte” me visita para bautizarme y volverme completamente blanca… Cuando ella se va, yo vuelvo a nacer.

Regreso y descontrolada los aparto… Quiero mirarlos mientras (mis yemas buscan a mi humedad, mis labios buscan a mis dedos), y finalmente yo me dejo atrapar por ese aroma que desprenden las mariposas cuando se encuentran libres… Con los ojos cerrados, noto como me observan deleitarme en sus sabores y mi lengua goza al ritmo de sus orgasmos liberados…

Inesperadamente, entre mis piernas, en medio de mi sol, se hizo la tormenta. Un huracán hirviente me adormeció y todo aconteció en mis profundidades más secretas. Mientras me sentía lamida, subí cimas imposibles de contar.
Fue en el momento exacto en que sentí que todas las mariposas me chuparon el sol que llevaba entre las piernas... Comencé a sentir todas las estrellas del cielo poblándome de luz, mientras una marejada húmeda de lenguas ansiosas dibujaba en mi espalda tantos sacrilegios como pobres hay en el mundo… Me dejé empujar con furia y resucite cubierta de alas y envuelta en pecados difíciles de confesar.

Entre cuerpos lechosos me resbalaba y ascendía tomándome de sus manos… Luego de interminables fonemas de deseo… el silencio fue parte de ese paraíso donde me escondí toda la noche…

Finalmente cuando el sol dio de lleno en mis retinas, desperté y susurrando mire al cielo diciendo:

(Háganme un exorcismo. Anoche tuve a cinco personas adentro)

Una mentira para nosotros...

Así comienza siempre, mientras me dejo llevar de un lado a otro, y recalo una y otra vez en el dulcísimo
filo de tu lengua que me empapa…
Es que yo ya se lo confesé al mundo entero!… Y es que tu cuerpo le resulta a mi imaginación, un terreno vasto para llevar a cabo todas mis fantasías textuales...
Entonces me sujetas y acorralándome, me invitas a experimentar la agonía que produce tu dureza despiadada sobre mi monte erguido…

Mientras respiramos nuestros besos que nos mojan y emancipan al extremo, tratamos de imitar al silencio erótico en el que aún se mantiene nuestra piel.
Me regalas una noche procurada en un instante, y yo la atrapo en cada roce con que se suda nuestra agonía…. Luego, los poros se despiertan, y se enciende de libertades nuestro extremo sur sin contención…

Jugamos a mirarnos y desde el otro extremo, en penumbras, decidís observarme mientras mis dedos juegan a ser los tuyos… Y yo lo único que puedo hacer, es entregarme con la mirada, en tanto que mis labios se dejan acariciar por la humedad de mi lengua que desea envenenarte para siempre en mis extremos…
Cierro los ojos un segundo y de repente estas en mi costado sofocándome. No quiero abandonarte, pero a la vez quiero irme tan lejos como mis sensaciones me lo permitan, mientras te dejo hacer de mí una perra enajenada dependiente de tu boca.

De repente, siento al sol bajando por mi ombligo y luego se desencadena la tormenta anunciada en tantas letras. Porque mientras cumplís la promesa eterna de revolverme con tu lengua en mi entrepierna, yo me toco y te convido del jugo de mis yemas…
Giro un segundo y encuentro tu camino, es en ese momento donde siento que el universo es una farsa y que yo levito en tus esencias. Porque mientras me sirvo de vos, escucho una voz y es tu deseo que evoca esa frase poética que a mi me desarma y se deshace en mi boca diciéndome:
“- Leche y miel hay debajo de tu lengua”…

Luego me subís, en tu sudor se moja mi cuerpo y yo resbalo, y me entrego a buscarte, a lamerte y a probarte .

(Huelo tu piel divina de olores que me amparan, me dejo atravesar… Y me olvido de quienes somos).

Con un calor intenso te quemo en el amanecer incandescente de mi centro más profundo, y te contengo allí los siglos que sean necesarios para volver a respirar… Pero es tanta la energía que despliega cada una de tus embestidas, que muero tres veces eternas mientras observo tu gesto de victoria…

Un instante lleno de sacrilegios que sólo se confiesan con un sinfín de cimas alcanzadas.
Besos de agradecimiento con los que desearía marcarte toda la espalda… y el reloj marcando el tiempo.
(nosotros no nos damos cuenta).

Finalmente nos miramos y sin decirnos nada, nos decimos que el tiempo siempre se convierte en una mentira para ambos…

#PutaSociedad


Tener una mente libre, nos desata de tanta hipocresía pintada de color rosa...

Si rechazas el sexo anal 
la culpa es de la sociedad

Si te da asco besar y acariciar el pene de tu pareja
la culpa es de la sociedad

Si no sabes lo qué es un orgasmo
la culpa es de la sociedad

Si alguna vez has soñado con besar a otra mujer, pero nunca lo has puesto en práctica por miedo al qué dirán
la culpa es de la sociedad

Si nunca te has atrevido a tomar un espejo y descubrir tu sexo
la culpa es de la sociedad

Si has sido infiel y te has sentido como una puta por ello
la culpa es de la sociedad

Si te apetece hacer el amor con dos hombres a la vez y no lo haces porque "Pepito Grillo" te dice que eso no está bien
la culpa es de la sociedad

Si nunca te masturbaste
la culpa es de la sociedad

Si no te interesa la narativa o el cine erótico
la culpa es de la sociedad

Si te sentÍs una mujer libre y llena de imaginación explícita para compartir con quien desee comprender tu manera de pensar:

A LA CARAJO CON LA #PUTA SOCIEDAD

Onanista

Hace demasiado frío, pero yo no aguanto tanto calor. 
Ésta noche ya es tarde y tratare de dormir. 

Pero el apetitoso aroma de tu piel despojada de prejuicios me ataca, me desnuda. Y es tu desnudez y tu aliento caliente quienes se cuelan por debajo de las sábanas, que penetran en mis poros, que arden en mi sangre e intentan agitar mis manos emancipadas. Desearía ponerme desnuda y hacerte el amor a la distancia.

Desearía palpar ésta insoportable humedad, y recorrer lentamente el placer universal que se desquicia brutalmente en mis caminos, en ésta cama, sola.

Es tarde a la noche, y desnuda me duermo pensando en vos.

Me tocaría toda la noche, sí:
Me masturbaría (de una forma tan total que me aplaudirían los ángeles), pero me contengo, no quiero manchar el santo recuerdo de tu rostro, ni a la dulce bestia latente en tus gemidos.

(Ni lo que más te gusta de mí: mis manos)

Breves


Hoy me levanté terriblemente imaginativa... A menudo suele sucederme eso... 
(Uy!, esto es como un comunicado de prensa... Santo Cielo qué espanto, lo va a leer todo el mundo!) ... 

No me importa. 
Si te ofende como pienso, salí ya mismo de acá... #LaLibertadEsLibre

Prosacarnosa


Y si querés PROSACARNOSA
Transitá por mis senderos oblicuos que se adentran indefinidamente, entra dejando tu piel vacilante prendida a mi espesura. 
Respirame para encontrar tu suplicio y entra a mis recintos donde sueña el gozo, bañate en él y luego con tu boca trepa la colina de mi vagina, mordeme y cuando llegues a mi norte, cegate con la luz de mis pezones… Que tu lengua insista mientras voslees los únicos dos mandamientos que me mandan…. Lameme y sacia tu sed con mis sabores, deja que las yemas de tus dedos tecleen lo suficiente como para agotar el jugo de mi fuente…
Ahora por favor, descende otra vez, y sumergite en mi ombligo antes de hacer la luz en la antesala de mis delirios.
Acercate más, unite conmigo en una misma causa de extremos tibiamente dolorosos… Toma mi piel de a pedazos y como si fuera pan, cométela a escondidas, robatela y si podes profanala lujurioso…
Ahora y sin permisos, entra en mi abismo perfumado y cerra la puerta, rompe la llave y pasa la noche en mis rincones húmedos…
Convertite en mi desazón y en mi sazón, invadiéndome con tempestades de espuma blanca, ungiendo tus dedos en mis orillas donde dejare un gemido orgásmico colgado de tu oído.
Entonces, quizás, abriré la ventana para ver el amanecer posarse sobre mi vientre, mientras tu urgencia se reinicia en mi entrepierna….

Mi sangre

Mi sangre viaja por mi cuerpo. Va mansa. Sólo viaja por mi cuerpo para darle un flujo de insolencia a mi imaginación oculta...


La magia se realiza desde el centro y viaja cadenciosamente hasta el sur de mi celda de carne inquieta... Con discresión, ella reclama la pujanza de nuestros ríos que corren de manera desigual, y que con fulgores diferentes, se enfrentan mezclándose en una tibia maceración de sensaciones...
Mi sangre unida a tu sangre. Sigue mansa... Y se detiene en la desigualdad de tu fuerza, para durar un poco más y luego sin prisas, dejarse caer en el abismo claro de las almas húmedas... Sólo así se abstiene unos segundos, antes de enterrarse en la igualdad de las contracciones incontrolables del final...

Primer acto II: La carne


-Recordas cuando fue la primera vez?, dije mirando discretamente tus labios, muy seguro me respondiste:
“-Sí lo recuerdo, fue esa noche en que nos acompañaban las palabras… fue cuando tome tu mano derecha y acaricié el lunar que tatuó la yema de mi dedo en un segundo…”

-No, no fue así… Recordas?....
Yo llevaba una copia de mi prosa escondida en mis deseos y vos me dijiste…
“- Quiero que la leas para mí, escribila con tus manos, convertí las letras en verbo y dejame hacer el resto”…
Si, así fue… recordas que habíamos hablado sobre el brindis y el amor?... hace memoria… vos me dijiste muy claramente sacrificando a mi conciencia descreída:
-“El amor es el vino”, y yo no pude agregar más palabras a tu definición…

Bebimos de a pequeños sorbos nuestros labios, y entre besos que deseaban ser tu carne, respire sobre vos entrecortadamente cada letra.
Con mi lengua en tu cuello, trate de seguir ese hilo de humedad que según vos, siempre quedaba inconcluso para tus deseos, esas líneas que yo pretendía que de una vez, vos terminaras de escribir sobre mis pudores… Recordas?...

Estábamos en una cama que no era tuya ni mía, un espacio que no era más que nuestro universo inmediato de pasiones desmedidas que deseaban ser desatadas. En un lecho que sólo pertenecía al ansia de un puñado de orgasmos contenidos en tantos besos… Minutos después, yo estaba debajo tuyo, convirtiéndome en puerto para que te anclaras firmemente a mi entrepierna, humedecida de pensamientos pervertidos …

En ese momento, nos olvidamos del reloj que marcaba nuestros tiempos y actuamos concentrándonos en el olfato que elaboraban otros tantos vocablos del léxico precioso de la piel. Entonces, los demás perfumes permanecieron sin palabras, inarticulados, ilegibles para nuestras lenguas. Ellos sólo se limitaron a observarse imitados… vigorosamente sudados por nuestros cuerpos.
Entonces me dejé llevar, me deje atravesar, para en un segundo convertirme en esa pulpa que se hizo jugo sobre tu dureza…

Al mirarte fijamente a los ojos, yo me sentía una loca victoriosa, que se desenrollaba, se contorsionaba… que gemía agradecida de dolor, de alegría con cada una de tus entregas… Cómo me gustaba olerte y marcar con el vapor de mi boca toda tu espalda!... Porque en la premonición de sentirme sacrificada, me volvía virgen nuevamente, sólo para vos…
Sentía que sofocabas mi vientre con tu lengua, mientras le oía decir a la conciencia de tu deseo:
“- Amame, mamame, apreta fuerte y sujetame… Bautizame con tu sangre, abrazame con tu saliva y con ella, escribí tus sueños en mi boca… Tomala, aprisionala, descubrí el secreto y guardalo para siempre”…

En sintonía con cada latido de tu cuerpo, mi mente ya indecente la escuchaba y respondía:
-“Matame, violame para volverme una mártir de tu prisa… llevame adonde nadie recuerde mi nombre, sometememe a la gloria de tus gemidos, haceme gritar para encontrarte en la cima y convertime en tu aire… No permitas que me caiga… Sostenete conmigo…”

Nuestras mentes no medían la coherencia, porque en la locura, correspondíamos a la brutalidad tantas veces apresada en nuestras manos … La noche no existía con tu cuerpo dentro del mío… Con el roce desquiciado de mis poros en los tuyos, porque el tiempo no pasaba para el mundo, y cuando bajabas, yo sentía que con tu boca quemabas mis labios empapados de libertad…

Y tu voz que otra vez me repetía sin prejuicios:
-“La gente no importa, porque la vida es un soplo y mi urgencia es tu esencia que se hace marea en mi erección”
En el vaivén, ese del que tanto cielo anhelabas, te perdías, mientras yo me apartaba para observarte, y al no poder soportar más, fui en busca de tu ausencia para atarme a la conciencia de tu placer y gozarlo junto a vos.

Finalmente, fueron nuestros gemidos que a la par, declararon el sacrificio caliente de la piel, y volvieron trémulo al tacto incoherente… No pude pensar más, me entregué y te seguí al certero abismo de un delirio, que pulsante y húmedo, arremetió en las entrañas que tanto alucinaste… Esa madrugada, declaraste a mi cuerpo en tibia floración…

Primer acto

Entre palabra y palabra guiaste a mis dedos a ese lecho donde lo álgido se convierte en humedad sólo con un susurro intencionado. Entonces me eleve a tus órdenes y me abrí toda a vos desde mi adentro más pujante... Sí, así de entregada a los encantos de esa voz que entrecortada me lanzó sin perjuicios contra los vaivenes tantas veces contenidos en los besos... 
Sabes? No, no sabes que mientras respiraba tus besos, tu aliento me inflamaba toda y el pensamiento se me erguía... Que sin yo saberlo, mi conciencia me entregaba a vos para que decidieras sobre mis urgencias.... Por breve el instante, se intensificó la oportuna furia de sentirte en mis adentros más libres y volví a inventarlo, me abrí toda a vos desde mis ojos entreabiertos, mis brazos y mis piernas... 
Para eso soñé con tu erguida altanería, para que derrame en mí todas sus ganas, para que yo la tome y la lama... Para que así, ella sienta y conozca cada palmo, cada curva y cada poro. Ahora vuelvo y veo que en cada palabra lograste que te mirara a los ojos, que desprejuiciados, me mostraban abriéndome a la vida sin pudores.... 
Un lapso vaporoso, la falta de aire y la indecencia más pura que nos volvió tan intangibles como reales. Al final sólo pude elevar el pensamiento y volví a repasar cada tramo... 

- "Mi cuerpo tiembla con el tuyo, mis mente oscila en tus gemidos, mis ojos se nublan en tu imagen y mis labios piensan en los tuyos. Mi lengua intuye el recorrido de tus partes y mis manos descifran adonde está tu punto. Mi oído se ensordece, el corazón revienta y nuestros pulmones no pueden más, porque la sangre se calienta y nada me ata... No tengo apoyo y doy vueltas y vueltas..." 

Finalmente, nos pronunciaste a los dos y nos extraviamos a la misma vez sin habernos rozado... Observando como mis manos habían correspondido a los deseos de tus yemas ya untadas de mí... El reloj se detuvo...

Vagina


Vagina... Poesía sagrada de la femeneidad, lecho de amores y desenfrenos, cuna de vida y campo de guerras siempre ganadas. Orquídea de colores misteriosos, pétalos tersos y arrugados... Umbral del templo de tus santos... 
Cuando secretamente te estiras, crece impetuoso tu monte y es en ese momento donde cubrís tus laderas de manantiales espesos, donde bramas de deseo de ser brillo de tus profundidades.... Latente y sacro es el secreto de tu entrega. Pocos llegan a conocer donde escondes el punto mayor de tus verdades. Oscura, mágica y penetrable te hacen tus maneras. 
Te han atravesado siglos de lamentos y prejuicios, has cubierto con tu sangre el dolor de la tierra... Te han penetrado de deberes los jardines con cunas de vida... Tu amado sabe despertarte de tus dulces letargos, y es así que emerges en un bosque húmedo de ríos y cantos de aromas nuevos. 
Cuando te acarician volves a florecer, das gracias de ser la virtud de pocos y respiras la fuerza que te motiva de alegrías y esperanzas... Cuando te aman, complaces, alegras y hasta sos capaz de dar vida una y otra vez mientras el cuerpo lo soporte. 
De todos los territorios, el más deseado, el más agredido y el más imaginado... Jamás envejeces porque tu belleza la evocan los poetas una y otra vez. Sabes ser ancla de barcos errantes y alma de faros erectos.... 
Tu conciencia se nutre de deseos y entregas sinceras... Y la hermosura de tu emoción, sólo puede compararse con el rostro de Dios...

sábado, 2 de junio de 2012

Porqué?


Porqué lo llamas corola, labio, beso, pétalo, flor... y jamás lo has llamado clítoris?. Porqué lo nombras como gema, yema, brote, almendra y nunca lo llamas pezón?... Porqué dices amor, corazón, alma, paraíso cuando sólo queres decir sexo?...
Yo tengo la respuesta a todo eso... Es porque el catecismo te pesa como un bloque de mármol sobre la espalda!... 

Cuando el deseo puede ser llamado "Deseo", es mejor no jugar con otros vocablos que rayan la inocencia y ofenden sin piedad a la sed. A mi lengua le gusta contar con desenfreno en cada gesto sus placeres y sólo sabe usar las pausas para tomar una bocanada de aire, y así continuar hacia ese secreto donde la humedad envuelve cada tramo de mi entrepierna que se vuelve completamente etérea.... 
La nada más brillante y vuelvo.... Entonces, sin palabras tibias, deseo con mi saliva derramada en tus dedos, sentir tu piel ceñida a la mía y mi boca que repasando tú geografía se declara por unos pocos segundos transparente.... 

Cuando sienta un puñado de susurros ateos bordeando mi nuca, te volveré contra mi para poder así narrar sin prejuicios toda mi prosa sobre tu espalda. Es así la escena de los vocablos que no se dicen con la sabiduría y que sólo aceptan ser descriptos por gemidos incoherentes... Es allí, donde los besos no se derrochan, cuando la piel se me inflama de sensaciones y las palabras con las que quiero ser usada, me acercan a tus mundanos sacrilegios que logran convertirme el la más ajena de las hembras...
Cuando Dios vuelva a nacer, hablame de mariposas y gemas.... Sólo cuando eso suceda.

Soy


Soy mi peor enemiga pero me amo. Soy invisible. Soy amnesica al dolor. Soy...laputanomacuerdo. Soy lo que nunca me atreví a decirte y soy lo que todo el mundo desea que sea.
Soy la parte inservible de mi ombligo. Soy quien cada día despierta al lado izquierdo de la cama, por si en el derecho los pajaritos cantan y una nube se levanta. 
Soy adicta a mi imaginación, a la piel, al alma... Adicta al amor y a los abrazos. Ser adicta a más de una cosa es un poco cansador pero me apasiona. 
Soy la única persona sobre la tierra a quien no debo nada. Soy la vida secreta de las plantas de mis pies.

Soy…



Y vuelvo


Hace días que te espero... Mucho antes, incluso de conocerte. Y es que debo confesar algo: tengo las yemas arrugadas de tanto y tanto evocarte y sólo se me ocurre imaginarte lamiéndolas una por una. El tiempo se convierte en ansiedad y el reloj es mi cuadro preferido... 
Minuto a minuto se intensifica el vaiven del los gemidos que se ahogan en mi pelvis sudorosa. Yo como hembra divago en sueños y vuelvo a las soledades que son humedades y me declaro a la eterna prisión de tus susurros vulgares en mi oído... en mi entrepierna... (en...) 
Gemidos que hacen erizar hasta la piel de las estrellas del sur que desnudas, se entregan a besarte íntimamente en mi nombre. 
Placer... Ojos ciegos, lujuria... Un cuerpo a merced de orgasmos desmedidos de limites. Besos que queman mis esencias profundas. Más placer... Ojos cercados por vendas negras y manos atadas a un calor sofocante... 
Un cuerpo que se desgarra de ganas por ser embestido y mi alma sumisa a ese extremo tuyo tan inesperado... Ahora siento como mi cuerpo y mi mente siempre terminan unidos en ese complot para el placer y utilizan a mis manos como rehenes mensajeras de tus dedos, placer que deseo se convierta en luz eterna... 
Ahora mi sudor que resbala en el satén. Deseo y acabo.... Y vuelvo a mirar el reloj.



Todo


La urgencia, la ignorancia, la posesión. La ternura, el olor, la belleza, la fuerza, la necesidad, la pujanza. La sensibilidad, la sensualidad, el recibimiento, el dolor, la húmeda hermosura. Penetrar, acabar, parir el placer y olvidar. Recibir, imaginar, soñar. Las manos, los dedos, el empuje, el cuerpo. Los ojos, las bocas, los labios, la humedad y el ansia. La satisfacción, la saciedad, el límite de la arritmia y el olvido. La plenitud, la embriaguez, los orgasmos.... El destino. La urgencia ... Hombre -Mujer.

En el nombre de Dios

Corro las cortinas hasta el tope de la oscuridad para poder fantasear, le temo a los voyeristas, en mi imaginación los hay por todos lados. Cierro las ventanas, no pienso en mis heridas. No pienso en las pasiones furtivas que huyen para encontrarse en algún hotel. No pienso en el tiempo inclinado contra mi edad. Ya no pienso en ella. Todo lo que hago se resume en caricias. Caricias que nacen con el primer segundo de deseo. Entonces rezo: "En el nombre de Dios, de su hijo y mis desvelos, te pido vida que no me dejes sin Caricias. Por éste siglo y por el que vendrá, sin pausas, sin avisos divinos. No me dejes sin Caricias ahora que soy vértigo en mi lengua y en la del otro. En el nombre de Dios, de su hijo y mis desvelos, no me dejes sin gemidos inesperados haciendo ecos en vapores sofocantes". La retinade mi deseo vuelve a su cuerpo... Las Caricias de pronto nos han agitado y yo soy el centro del éxtasis. Palpo, huelo la piel sudorosa. Éste temblor es algo nuevo para mi...

Que me leas




Es injusto que me leas y luego digas que el deseo aumenta pero que un hilo de humedad se clava como un puñal y te deja con un sabor a poco sexo escrito. 
Es verdad... Deseo, deseo, yo también me toco y pienso un poco más. Quiero que me leas y hagas trabajar la imaginación como si ésta pudiera suplir a mis manos, a mi boca y a todos mis aromas... 
Quizás escribir y frenar las palabras en un punto, se parezca a la sensación que me da estar al borde de mi orgasmo y en un segundo bajar. Es una sensación de placer y también de dolor que me hace vulnerable a querer continuar para encontrar la cima.
Pues bien, no te miraré a los ojos, sólo quiero que me leas y cuando logres descifrar el juego me lo hagas saber y comiences a escribir tú parte como más te guste. 
Lo correcto sería empezar a escribir sobre la piel y que ésta se vuelva prosa... Lo correcto sería comenzar a utilizar las manos y la lengua para terminar de relatar ese deseo que inconcluso se vuelve puñal. 
(Un tecleo húmedo es lo que necesitas?)

Voy a pensar un poco más para que el deseo escrito deje de ser un puñal para convertirse en piel.... 
Hasta luego, a mis humedades voy..