sábado, 9 de febrero de 2013

Sin título


Mientras la noche nos escondía de miradas, cruzamos la avenida y entre los árboles el movimiento fue preciso, a los tres minutos exactos:



Uno,
dos,
    tres... 

Y ya tenía sus dedos adentro.
Él me cogió del mismo modo que se coge a una puta. 
Y se marchó.


No hay comentarios:

Publicar un comentario