Y es más grande
la necesidad de cogerlo cuando me pregunta porqué soy tan puta, y me siento
afanosa, porque no me queda mejor otro título sobre él. Porque mientras yo me someto, le respondo que sólo me
gusta ser sumisa en su falo.
Que el
mundo entienda mi silencio como una castidad fingida, que sólo sabe declarase
en los orgasmos que derramo sobre su dureza… Que el mundo todo me vea oscura en mi
silencio, mientras mi humedad que se encuentra con su boca sedienta, lo hacen
mi amo.
Que me
llame la más grande de todas sus “Putas”, mientras va desde las montañas húmedas de mis pequeños senos hasta
la planicie lisa de mi vientre… Que me declare
la ramera de todos cuantas veces quiera, que se enrosque con su lengua en la
lujuria de mis labios oscuros, y que me destroce mientras saborea mis flujos de
gozo.
Que me envicie para siempre con la imagen de sus
manos aferradas a mis caderas, mientras siento como se quema su garganta
mientras me traga transparente y hervida.
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