Bailando, ella tiene algo de las siestas calurosas de verano, y en su pecho se mueren los claveles que renacen en la cima de sus manos, cuando ella se acaricia marcando un paso un tanto afrodisíaco y carnal.
Su mirada lo seduce y lo invita a seguirle el ritmo, ella le da su espalda rozándole la parte del cierre, luego voltea su cuerpo hacia él, y bien pegaditos mete una pierna y baja lentamente. Él ya erguido sigue sus movimientos y su rodilla logra rozar su encanto ya ardiente, ella lo ha sentido y con cierto recelo se pega mas..."
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