sábado, 2 de junio de 2012

Que me leas




Es injusto que me leas y luego digas que el deseo aumenta pero que un hilo de humedad se clava como un puñal y te deja con un sabor a poco sexo escrito. 
Es verdad... Deseo, deseo, yo también me toco y pienso un poco más. Quiero que me leas y hagas trabajar la imaginación como si ésta pudiera suplir a mis manos, a mi boca y a todos mis aromas... 
Quizás escribir y frenar las palabras en un punto, se parezca a la sensación que me da estar al borde de mi orgasmo y en un segundo bajar. Es una sensación de placer y también de dolor que me hace vulnerable a querer continuar para encontrar la cima.
Pues bien, no te miraré a los ojos, sólo quiero que me leas y cuando logres descifrar el juego me lo hagas saber y comiences a escribir tú parte como más te guste. 
Lo correcto sería empezar a escribir sobre la piel y que ésta se vuelva prosa... Lo correcto sería comenzar a utilizar las manos y la lengua para terminar de relatar ese deseo que inconcluso se vuelve puñal. 
(Un tecleo húmedo es lo que necesitas?)

Voy a pensar un poco más para que el deseo escrito deje de ser un puñal para convertirse en piel.... 
Hasta luego, a mis humedades voy..

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