La magia se realiza desde el centro y viaja cadenciosamente hasta el sur de mi celda de carne inquieta... Con discresión, ella reclama la pujanza de nuestros ríos que corren de manera desigual, y que con fulgores diferentes, se enfrentan mezclándose en una tibia maceración de sensaciones...
Mi sangre unida a tu sangre. Sigue mansa... Y se detiene en la desigualdad de tu fuerza, para durar un poco más y luego sin prisas, dejarse caer en el abismo claro de las almas húmedas... Sólo así se abstiene unos segundos, antes de enterrarse en la igualdad de las contracciones incontrolables del final...
Mi sangre unida a tu sangre. Sigue mansa... Y se detiene en la desigualdad de tu fuerza, para durar un poco más y luego sin prisas, dejarse caer en el abismo claro de las almas húmedas... Sólo así se abstiene unos segundos, antes de enterrarse en la igualdad de las contracciones incontrolables del final...
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